13.12.18

Te mentí

Soñé con vos hace meses

Antes de que me dieras un beso siquiera.

Estábamos en la cama, no era la mía.
Estabas sin remera, yo recostada sobre tu pecho.
Te miraba, te sonreía
Me mirabas.
Te reíste y me dijiste

"Qué hermosa sonrisa que tenés"

Y me desperté, sintiéndome tan bien,
Rarísima, pero bien al fin.

Supongo que fue esa mañana la que decidí que quería saber si ese sueño podría llegar a ser real en algún momento.

Y sí, prefiero no decirte estas cosas porque ni yo sé que mierda significan.

Y sí, prefiero seguir disfrutando de algo que parece no asustar tanto como las relaciones.

Quizás sólo estoy mintiéndome a mí misma.

Who knows.



-Si lo leíste, vos también mentiste (jaja)

4.12.18

Costumbre o no

Nos acostumbramos rápido al cariño.

Me dijo algo así cuando estábamos yendo a la parada del bondi.
Me había agarrado la mano, nuestros dedos se habían cruzado, caminábamos pegados.
Me di cuenta y me solté. Le dije, irónicamente, "re parejita" y lo solté.
Había evadido ya sus manos en las mías, pero aquella noche, no me dí cuenta.
Él se rió y me dijo: "Nos acostumbramos rápido al cariño", o algo muy parecido, o así se me quedó grabado. Y lo sentí como una patada al corazón.
¿Por qué?
Porque sí, uno se acostumbra rápido al cariño, a lo tierno, a lo bueno, a lo lindo. Pero eso se convierte muy rápido, también, en un problema.
Me gusta ir agarrada de su mano.
Me gusta que me bese espontáneamente.
Me gusta que me haga una caricia sin razón.

Pero no me gusta que me guste, si eso tiene algún sentido.
No me quiero acostumbrar rápido al cariño, no quiero que me quiera y no quiero quererlo.
No quiero tener que desacostumbrarme de ese cariño.

A los cinco minutos, sin darme cuenta, lo agarré yo de la mano.

20.11.18

Mediados de noviembre

Es gracioso pensar en cómo el cuerpo responde a todo aquello a lo que nosotros no queremos darle respuesta. Hace tres meses atrás yo estaba escribiendo aquello que más abajo empieza con un "juro que te extraño banda pero así no". Lo escribía con una molestia en el abdomen que horas más tarde me llevó a la guardia. Cinco días estuve internada. Cuatro me tuvieron sin comer ni tomar absolutamente nada. Me volví a mi casa con 3 incisiones en la panza y sin diagnóstico aparente. Los médicos no sabían (aún no lo tienen claro) qué fue lo que me había pasado. Yo sí sabía. Estaba harta de cargar con mierda, mierda mía, mierda ajena. Mi cuerpo ya no podía procesar más desamor, más estrés, más preocupaciones. Me di cuenta de que yo estaba ahí, llorando por no aguantar el olor a hospital, llorando por no poder reírme del dolor, llorando por no poder volver a mi casa, estaba ahí, dándome cuenta de que era por mi culpa, por no cuidarme, por no quererme, por no respetarme. Y la realidad es, por más trillada que suene, que si yo no me quiero, no me respeto, no me cuido, nadie lo va a hacer por mí. 
Fueron meses duros, a decir verdad. No estuve sola, pero sí me sentí abandonada. Volví a mi casa, creyendo que ya estaría mejor y fue peor. No sólo físicamente, sino que se sintió como si una nube negra, cargada de rayos, huracanes, malas vibras, estuviera postrada encima de nuestra casa. Bastó sólo menos de un mes para que se fuera todo al carajo. 
Aún duele pensar en la pérdida más grande, por la cual lloré más de lo que me podría haber imaginado. Por la cual ahora se me llenan los ojos de lágrimas. Porque había llegado el momento al cual siempre le tuve miedo. 
Yo sin saber todavía qué me estaba pasando esquivaba comidas, salidas, bebidas, porque no sabía qué era lo que me estaba haciendo mal. Ni tuve ganas de festejar mi cumpleaños. Fueron amigas a casa, me preparé una pizza de verduras asadas y lo acompañé con agua. De todas formas, me cayó mal. Ese mismo día, el día en el que cumplí 24 decidí dejar atrás una parte muy importante de mi vida. Después de todo lo que había pasado, lo último que yo necesitaba era estar esperando a que se apareciera en la puerta de mi casa, al menos para decirme "feliz cumpleaños", no lo hizo, ni siquiera se le cayó un whatsapp del bolsillo. Ese día, subí a mi habitación y estallé en llanto. No por el hecho de que no me hubiera escrito, no por el hecho de que me había dejado una noche por whatsapp cuando yo más necesitaba de su compañía. Sino por el hecho de saber que desde ese momento en adelante iba a tener que desenamorarme, por una vez y para siempre, del flaco del cual estuve enamorada perdidamente por ocho años. Y ocho años es un montón. Y ocho años mi corazón siempre le perteneció a una sola persona. Por más cosas que hubieran pasado en esos años, siempre fue él. El día que cumplí 24 decidí devolverme el corazón. Decidí que eso que sentía ya no era amor, que el amor lo tengo que sentir por mí, y también decidí que lo que él sentía por mí tampoco era amor. 
Sigue siendo difícil, todo. 
En tres meses perdí a mi compañera, con quien crecí, quien me dio amor incondicional por 18 años, perdí al gran amor de mi vida, perdí más de cinco kilos, perdí paciencia por aquello que no me hace bien, perdí un poco de tacto para con la gente... Pero decidí seguir mirando para adelante, proyectando, creciendo, cumpliendo metas. Decido rodearme de gente que me hace bien, y sino, estar a gusto sólo conmigo. 
No creo que haya sido casual todo lo que pasó. Tenía que ser así y no de otra forma, no en otro tiempo. Estoy segura de que todo pasa para dejarnos una enseñanza, para hacernos crecer, madurar. A veces no pasa de la mejor manera, pero quizás, más adelante, podamos agradecerle al universo la oportunidad que nos dio de ser mejores personas. 

19.11.18

Pisando talones

Y ya estamos pisándole los talones al fin de año.
Y qué rápido se pasó el 2018.

Año intenso.

Intenso amor
Intensa crisis
Intenso desamor
Intenso garch n go
Intensa discusión
Intensa internación
Intenso histeriqueo
Intenso extrañamiento
Intenso extrañar
Intenso estudio
Intenso trabajo

Intensas amistades
Intensos amores
Intensos familiares

Intensos cambios

Intenso año.

14.8.18

Mediados de agosto

Se empiezan a sentir los solcitos previos a la primavera
En el aire ese aroma a calidez, aunque el viento sea frío
Se asoma el sol y con él empiezan a crecer los pimpollos de las flores
Empiezan a querer florecer.

Yo empiezo a abrir más la ventana,
para que entre ese viento un poco más cálido que el de ayer
Empiezo a esperar con ansias la primavera,
las remeras de manga corta y los lentes de sol.

Y yo también me transformo
Siento distinto
Quiero distinto
Me preparo para pasar otro verano sin vos.
Te extraño. Y juro que te extraño banda.
Pero así no.

Siempre te la hice fácil, hasta el punto de no saber realmente por qué aceptabas estar conmigo.
Hace casi 20 días no hablamos. No me hablas, porque esta vez te toca a vos. Te gana la comodidad, te gana el "no me hinchen las bolas" y todo el resto te lo olvidas.
Que supuestamente me amabas, que supuestamente querías estar conmigo. ¿Para qué? Para jugar con mis sentimientos, para que yo dijera "buenísimo, me ama, voy a hacer de cuenta que está todo bien"... Así tendrías pase libre para que se hiciera siempre lo que vos querías. Te digo: No estaba todo bien.

No pensas en todas las secuencias que me tuve que fumar porque vos un día te ibas a acostar del orto y a la madrugada tenías que tirar mierda para algún lado. Ahí estuve yo, en cada uno de tus mambos, en cada una de tus acusaciones, mientras vos me hacías sentir una mierda de persona, yo seguía, porque quería que estuviéramos y que estuviéramos bien. Me la hiciste bastante complicada, me hiciste cargar con culpas que no tenía por qué estar cargando, y todo eso me lo fumé y quise estar para vos, para que estes más tranquilo, para que estemos mejor. Y te lo pasas todo por el orto. Acordate de todas las cosas que me dijiste, acordate de las secuencias que me hiciste, esas secuencias de enfermo de la cabeza. Y ahí estuve. Pero cuando empecé a pedirte que necesitaba pasar más tiempo con vos, cuando empecé a sentir que realmente vos estabas conmigo porque sí, aaaaah, ahí, que yo no te hinche más las pelotas que nada de lo que haces es suficiente. Te cuento, en más de un año juntos no hiciste muchas cosas por mí. Y las pocas que hiciste después cuando pudiste las usaste para echarmelas en cara y decirme "lo hice por vos, date cuenta", te explico, siempre fuimos dos, ni vos, ni yo, nosotros. Y vos no estuviste dispuesto NI UNA VEZ a hacer algo por mí sin poner un PERO en el medio.

Te ocultas detrás de toda esa mierda que te pones delante, a propósito, para que nadie te hinche las bolas, cuando vos solo buscas todo esto. Buscas que te esté atrás constantemente, y encima pidiéndote disculpas por cómo te hablé o por cómo actué. Yo sé que vos sos más que todo esto, lo sé, porque te conozco hace 7 años, y compartimos miles de cosas juntos, y crecimos juntos, y aprendimos juntos. También peleamos, nos separamos, nos odiamos, pero, la puta madre, siempre volví, y vos siempre me recibiste. Explicame por qué?! Yo siempre volví porque siempre fuiste vos, desde el primer día que te conocí, me enamoré como nunca, y como nunca me voy a volver a enamorar. Pero loco, vos para qué volviste? Porque estabas aburrido? Y mejor malo conocido que bueno por conocer?

Me saca, todo esto me saca. Me enoja, me odio, te odio a vos. Porque no aparecer, porque no tenes los huevos de aparecerte un día, ni siquiera para decir "che, mira que lo nuestro ya fue" sos un cagon, primero por no amar y dejarte amar bien, segundo, por no pelearla. Me demostras, cada día que pasa, que todo siempre te importó un huevo. Si estoy o no estoy a tu lado, te da lo mismo.

Nunca quisiste escuchar realmente qué me estaba pasando, por qué estuve tan mal con vos durante tanto tiempo, nunca te importó realmente, te fue siempre más fácil decir "no hinches las bolas" y yo solo te estaba pidiendo que me escuches. Estas quemado, loco. Y así no te extraño.

Extraño al pibe que sé que sos, al flaco que está escondido atrás de tanta mierda. Estas perdido en el pasado, te quisiste quedar ahí. Y el que sos hoy está muy lejos de ser el hombre que realmente se que sos. Ese del que yo me enamoré y del que voy a seguir estando enamorada por siempre... Ese que sentía, al ritmo del rock, pero siempre sentía.

10.6.18

Vale

De repente todo es oscuro, todo es niebla
De repente no sabes en dónde estas, quien sos
De repente...

Tambaleando entre cenizas, susurrando incoherencias
Frío.

Frío que te llega al alma
Te congela las ideas, los ojos, la vida
Te recorre entero,
Frío.

No sabes que va a pasar,
No sabes qué o quién va a venir
Cómo te vas a salvar de esa.

Y así, sin más, salís
Encontrás una luz entre tanta mierda, niebla
Niebla que te cegó por unos momentos
Que parecieron eternos.

La luz no está lejos, pero cuesta alcanzarla
Llorás, llorás.

Llorá.
Peleá.
Viví.
Seguí.

Seguí. Vale la pena.