Desde que era chico mis
viejos me decían que no me acercara a los pibes de Castellino, el barrio
vecino. Siempre que alguno pasaba cerca nuestro, mi vieja me cruzaba de calle y
mi viejo se paraba frente a ellos para sacarlos a patadas, más o menos.
Cuando fui creciendo fui
entendiendo lo que pasaba. Esos Desgraciados, inútiles, sobras del universo...
Tuve varios
confrontamientos con ellos, cada uno defiende lo suyo como puede y con lo que
tiene. Yo tengo mi fuerza, en Alsina nos preparamos bien, para que cuando los
turros de Castellino se nos crucen en nuestro camino, cagarlos bien a
trompadas. Pero ellos esta vez se llevaron a mi Yani.
La voy a ir a buscar y voy
a pelear por ella, aunque les cueste la vida a esos pobres, buenos para nada,
LADRONES!!! Hace años que entran a Alsina y se meten en las casas de los
vecinos, nos roban, nos insultan, nos amenazan y nosotros defendemos lo que es
nuestro; y ahora me la robaron a ella.
Estoy vivo. Tres días pasé
en el hospital público de Castellino. Esas basuras me dejaron en camilla pero la Yani se vino conmigo.
Fui hasta ese barrio
mugroso para recuperar a mi piba. Yo ya sabía quienes habían sido, me peleo con
ellos desde chico, bueno, yo solo no, con mis amigos; siempre nos agarramos a
las trompadas con ellos, en la salida de los boliches, en los bares... Así que
me fui para la casa del Tuque (el imbécil que se hace llamar el “capo” del
grupo de los turros de Castellino). Ni me molesté en tocarle la puerta, la tiré
de una patada, lo agarré de los pelos y lo saqué a la calle. Yo sabía que él la
tenía escondida a mi Yani en su nido de ratas, eso me calentaba mucho más.
Piñas por todos lados, una en su cara, una en mi pecho; patadas en los bajos
constantemente; la cosa se había puesto realmente violenta, pero a mi no me
paraba nadie, estaba como loco. Gracias a Dios que él estaba medio drogado,
tenía un olor a faso impresionante, así que bueno pude noquearlo a los diez
minutos. Yo para ese entonces estaba todo ensangrentado, sentía la cara caliente
como una pava con agua hirviendo. Iba todo muy bien, yo ya estaba entrando a la
casa del nabo este para rescatar a mi Yani cuando siento que me agarran de la
espalda, muy fuerte. Tenía atrás mío a todos los turros, amigos del Tuque.
Después de eso lo único que recuerdo es despertarme en un hospital, con la
nariz rota y varias costillas fracturadas. Del Tuque no se nada, creo que está
en coma o algo así, pero me fui para Alsina contento de la mano de MI Yani...
Bueno, en realidad no de la mano, ella me llevaba en silla de ruedas.
- Realizado en consigna a un trabajo de literatura: escribir como se escribe en el Lazarillo de Tormes. - jajajaja yo y mis producciones (?