28.11.14

Someday you're gonna be the only one you've got -

A veces nos desesperamos mucho estando solos. A veces, cuando una relación termina, lo primero que queremos hacer es ir corriendo a arreglar las cosas, ponerlas en su lugar original, y que vuelva a estar todo como estaba antes. A veces nos olvidamos de las cosas malas, y recordamos sólo lo bueno, y no digo que haya que olvidar lo bueno, pero creo que no tenemos que olvidar por qué estamos solos, por qué se terminó lo que en un momento fue tan bueno. A veces la soledad nos vuelve un poco locos, más a los que estamos acostumbrados y nos gusta estar acompañados siempre. Pero creo que llega un momento en el que no nos tenemos que olvidar de nosotros mismos. Cuando más solos nos sentimos, quizás debemos recordar que seguimos, que estamos de pie, que seguimos respirando.
Hace casi dos meses se terminó una relación que había tenido durante dos años, y me cuesta todavía hasta decir que se terminó, pero la realidad, por más dura que sea, es que estoy sola, que todo lo que se había interiorizado en mi vida en esos últimos dos años, todo aquello que durante ese tiempo había formado parte de mi vida y de mí misma, ya no está; desapareció, junto con miles de sentimientos que ya no debo sentir, que no quiero sentir y que pretendo olvidar, pero porque lastiman. Miles de recuerdos flotan a diario por mi cabeza y esas lindas sensaciones que me traen son ficticias, porque la realidad es otra, lo real es otra cosa. Tengo que hacerme amiga de la soledad, porque al fin y al cabo es la única sincera, que no traiciona. El amor te vende naranjas por manzanas, y terminamos siendo todos personas estafadas, pero la fiel soledad siempre está ahí, enseñándonos a querernos a nosotros mismos.
Hace tres años escribí una serie de cosas que quería para mi vida. Creo que fue lo más sincero que salió de mí en ese momento específico, y que aún hoy, pasados tantos años, sigo sosteniendo. En resumen, yo quería ser libre y feliz. QUIERO ser libre y feliz. Estar bien conmigo misma, y con la soledad. Es difícil olvidar, esa es la parte complicada, pero seguimos adelante, seguimos andando, buscando nuevos caminos, nuevas escapatorias al pasado. Y a veces nos desesperamos tanto estando solos porque no podemos aceptar que lo que se había hecho tan normal para nosotros ahora es tan extraño, y está tan lejano. Somos seres racionales, y tenemos un orden establecido, de cierta forma, en nuestro sistema; y lo que nos hace tanto ruido, es no poder incorporar a nuestra vida el desorden, el miedo, lo incierto. Pero hay que hacerlo. Hay que aceptar que el mundo de por sí es un quilombo; nuestras cabezas son un quilombo, y el amor lo único que hace es desordenar todo tipo de ideas y sentimientos que teníamos bien ordenaditos - el amor y el desamor, claro -
Por eso, después de leer mi reflexión de hace como tres años, intento ser un poco fiel a lo que sentía en aquel entonces (y que sigo sintiendo) y escribir esto, para poder liberar un poco tanta cosa "mala", y recordar quien quiero ser.
Libre y feliz.