4.12.18

Costumbre o no

Nos acostumbramos rápido al cariño.

Me dijo algo así cuando estábamos yendo a la parada del bondi.
Me había agarrado la mano, nuestros dedos se habían cruzado, caminábamos pegados.
Me di cuenta y me solté. Le dije, irónicamente, "re parejita" y lo solté.
Había evadido ya sus manos en las mías, pero aquella noche, no me dí cuenta.
Él se rió y me dijo: "Nos acostumbramos rápido al cariño", o algo muy parecido, o así se me quedó grabado. Y lo sentí como una patada al corazón.
¿Por qué?
Porque sí, uno se acostumbra rápido al cariño, a lo tierno, a lo bueno, a lo lindo. Pero eso se convierte muy rápido, también, en un problema.
Me gusta ir agarrada de su mano.
Me gusta que me bese espontáneamente.
Me gusta que me haga una caricia sin razón.

Pero no me gusta que me guste, si eso tiene algún sentido.
No me quiero acostumbrar rápido al cariño, no quiero que me quiera y no quiero quererlo.
No quiero tener que desacostumbrarme de ese cariño.

A los cinco minutos, sin darme cuenta, lo agarré yo de la mano.