Estos dos meses fueron unos meses raros... En poco tiempo cambiaron muchísimas cosas en mi vida... En la entrada anterior conté sobre la facultad y lo mucho que me había costado el cuatrimestre, y que este iba a tener un plus de complicación. Durante las vacaciones de invierno empecé a laburar. Conocí muchísima gente linda, así como también conocí a varias personas de mierda. La cuestión es que en tan solo dos meses y diez días llegué a aprender mucho, y tuve que dejar atrás otras cosas.
Otra vez la vida me tomó por sorpresa y algunos planes que tenía, a la fuerza tuvieron que perecer. Una parte de mí se fue hace un tiempo y tuve que acostumbrarme a eso. Otra vez me encontré lejos de lo que quería. Pero me dí cuenta que si no me hace bien, no sirve. Si no me hace reír, no sirve. Si no me hace feliz... No es bueno.
Esta vez me olvidé un poquito de sufrir y empecé a disfrutar un poco más de la vida. De todas formas la realidad siempre nos golpea y me vi parada en un laburo en donde tenía que estar pagando cuentas que no eran mías, descuidé la facultad, y me quedé sin tiempo para mí.
Renuncié, al laburo, y hace un tiempo, al amor, o a lo que más quise en mi vida.
A veces se me caen unas lágrimas, tímidas de chocarse con el mundo real, pero necesarias para desahogar tantos cambios repentinos. A veces extraño, a veces sufro. Tengo miedo. Miedo de arriesgarme a lo que me puede hacer bien...
Igual disfruto, igual quiero estar bien.
Hace unos días cumplí 21... Veremos cómo se vienen estos años, legales, impares, largos, un poco más maduros que los 20.
De todas formas, qué mas da? Todo esto es puro balbuceo. El tiempo dirá.
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